jueves, 11 de septiembre de 2008

PaRa MaTaR aL HoMBRe De La PaZ


Hoy 11 de Septiembre, como cada año es día de efemerides. En estos tiempos de amnesia colectiva los televisores volverán a recordarnos que hace 7 años dos aviones se estrellaron contra las torres gemelas de Manhattan, y que por eso al Tio Sam no le quedaron más opciones que seguir inventando guerras preventivas en nombre del miedo.

Pero esas guerras preventivas, no buscan paces preventivas, no buscan justicia. Esas guerras preventivas solo buscan beneficios. Ya antes hicieron lo mismo. Con otros nombres. En Latinoamerica se formó a un grupo de militares para garantizar los intereses del Tio Sam.

El 11 de Septiembre de 1973 en Santiago de Chile, Pinochet, apoyado por los EEUU,se levantó en armas contra la voluntad de su propio pueblo y asesinó al hombre de la paz, a Salvador Allende, que lo esperaba en el Palacio de la Moneda desde el que ejercía la presidencia, mandato para el que había sido elegido por el pueblo chileno. Pero la "democracia más antigua del mundo" no quería a aquel hombre que osó defender a su pueblo en vez del norteamericano.

Por ello cada 11 de Septiembre, yo recuerdo Manhattan, y el dolor de tantas familias, y el miedo, pero no puedo olvidar, con mayor dolor aún, a aquel hombre de gafas de pasta que dió su vida para reivindicar, con dignidad, a su pueblo.


Para matar al hombre de la paz
para golpear su frente limpia de pesadillas
tuvieron que convertirse en pesadilla,
para vencer al hombre de la paz
tuvieron que congregar todos los odios
y además los aviones y los tanques,
para batir al hombre de la paz
tuvieron que bombardearlo hacerlo llama,
porque el hombre de la paz era una fortaleza
Para matar al hombre de la paz
tuvieron que desatar la guerra turbia,
para vencer al hombre de la paz
y acallar su voz modesta y taladrante
tuvieron que empujar el terror hasta el abismo
y matar mas para seguir matando,
para batir al hombre de la paz
tuvieron que asesinarlo muchas veces
porque el hombre de la paz era una fortaleza.
Para matar al hombre de la paz
tuvieron que imaginar que era una tropa,
una armada, una hueste, una brigada,
tuvieron que creer que era otro ejercito,
pero el hombre de la paz era tan solo un pueblo
y tenia en sus manos un fusil y un mandato
y eran necesarios mas tanques mas rencores
mas bombas mas aviones mas oprobios
porque el hombre de la paz era una fortaleza.
Para matar al hombre de la paz
para golpear su frente limpia de pesadillas
tuvieron que convertirse en pesadilla,
para vencer al hombre de la paz
tuvieron que afiliarse siempre a la muerte
matar y matar mas para seguir matando
y condenarse a la blindada soledad,
para matar al hombre que era un pueblo
tuvieron que quedarse sin el pueblo.
Mario Bendetti

9 comentarios:

Ignacio dijo...

excelente
cada uno leije que recordar
aca todavia es diez

pero mañana apoyo tu post!

Soledad Di Pasquale dijo...

Increíble.
Qué bueno que haya gente como vos en este mundo. Gente con memoria.

Ese poema me pone la piel de gallina.


Te dejo un beso, mujer.

Mar Goizueta dijo...

No hay nada más triste ni más asqueroso que hacer guerras en nombre de la Paz

Anónimo dijo...

Me parecen preciosas tanto las palabras de Benedetti como las de Pablo Milanes. Para quien no lo conozca recomiendo escuchar el ultimo discurso de Allende, podeis encontrarlo en youtube.

Gaviota dijo...

Ese dia aun pasa por mi mente en camara lenta, como pelicula de terror

yo mismo dijo...

pasa que, como dices, vivimos un tiempo de amnesia en el que olvidamos, casi que ni pensamos... apenas empezamos a saber cuando ya no importa. millones de cuentos chinos bombardean nuestra cabeza sin dejarnos reparar en el fondo de lo que ocurre... 11 de septiembre, día de efemérides.

bonito lugar este que habitas.

Felipe dijo...

Un hombre de paz, un hombre valiente, ahora y siempre, Allende.

Un saludo

silencio dijo...

Gracias por la memoria. Es necesaria.

Anónimo dijo...

Estoy totalmente de acuerdo contigo, amiga.
Existen muchas Zonas Cero en este planeta azul y no sólo en Estados Unidos. No es bueno olvidar y todas las heridas dejan las mismas cicatrices, sean donde sean.
Tu texto es una bandera blanca, un grito de paz y un homenaje precioso a un hombre irrepetible.
Me encantó leerte y te ganaste mi respeto, que se une a la amistad que ya te profesaba.
El vídeo además, impresionante.
Me lo escuché varias veces, porque la canción es inolvidable y te cuento un secreto, el último discurso de Allende, impreso, fue forro de mi carpeta universitaria.
Triste mundo éste, pero no traicionemos su recuerdo.
Que paguen su culpa los traidores. Ahora y siempre.
Besos más cálidos que nunca. Hasta pronto, niña. Eres muy grande.