Venía pensando en el metro que, en estos días tan terribles en los que el invierno y el otoño se convierten en una bofetada constante que hace dificil salir a la calle y enfilar la vida, venga como venga, la única verdad que puede unirnos a todos es el deseo de una manta caliente bajo la que esconder dos cuerpos que desean hacerse un traje el uno en la piel del otro.( Bueno al menos así lo veo yo).
Venía también pensando, así hilando ideas, que en esa idilica manta bajo la que tejer sueños y volar hacia mejores lugares, bien podría estar aquel por el que una suspira. Pero lo cierto es que al llegar a casa tan solo me espera la vieja manta de siempre, sin manos, ni brazos, ni piernas...
Y pensando, pensando, venía elaborando en mi mente momentos en los que qerría perder la noción del tiempo.
En estos tiempos de descreimiento y escepticismo, no es fácil si quiera pensar en ellos porque una misma se autocensura. Y no vayais a creer que soy una cursi redomada, nada más lejos de mí, pero sí que hay ciertas pautas que bien podría cambiar el rumbo de cualquier velada (por no decir vida) sin por ello ser un secreto inconfesable de alcoba, tal y como opinan tantos defensores del cinismo de corsé que habitan nuestro mundo.
Así que aqui redacto mi pequeño manual de romanticismo casero (por si alguien gusta de hacer uso):
1. Enamorarse es algo que le ocurre a todo el mundo (bueno a mi no tanto, que le voy a hacer, ya no sé si soy yo que exijo mucho o los demas los que exigen tanto), y como es la enfermedad más comun, con un poco de suerte incurable, quizás sea hora de aceptar que algo habrá que hacer con ella.
2. La vida es más feliz cuando se aliña de pequeños detalles, que nada tienen que ver con las grandes gestas y epopeyas. Algo tan sencillo como llegar a casa y que en la cadena suene tu disco favorito mientras en la mesa te esperan dos copitas de vino (del malo incluso, que estamos en crisis, y añado por si alguien quiere sorprenderme que a mí me encanta el lambrusco rosado) y un pequeño plato con frusleria variada (aquí cada uno que elija sus chuches habituales, pipas, kikos, caramelitos...) puede hacer que una tarde lluviosa de un martes se convierta en un pijama para dos donde todo puede ser posible.
3. Los grandes gestos románticos que la gente asocia al "romanticismo" casí nunca lo son. Las camas con forma de corazón, las tartas de merengue, los amantes melosos que se nombran entre ellos fuera de las estrechas paredes de la habitación con nombres como osito, colibrí o cualquier otro animalito o cachorrito que se nos puedan ocurrir, las parejas que no son capaces de separse creando momentos incomodos o interrumpiendo la marea humana que recorre una acera por el centro de la ciudad...nada de esto es romántico.
4. El romanticismo a veces es algo tan sencillo como un pequeño roce en el brazo o en el cuello, en medio de una reunión entre amigos, como un mail a media mañana desde el trabajo que diga ¿Qtal estas hoy? te he echado de menos esta noche. o algo tan sencillo como recordar algo que has contado y sacarlo a colación en una conversacion posterior.
5. Aunque la verdadera respuesta, la verdadera razon que hace que un paseo viendo tiendas de ropa, ver un partido de futbol en la tele de un equipo que no es el tuyo, ir a un concierto de Alejandro Sanz o Luis Miguel, ir a Montmeló, levantarse de madrugada para ver correr a Alonso, y ese extraño gusto por la música heavy que últimamente no dejas de jurar que te viene de siempre, sean romanticos...es por estar enamorado.
NOTA: a aquellos que no disfrutamos del inmenso placer de estarlo, al menos podemos disfrutar del immenso placer de reirnos de aquellos amig@s que juran y perjuran que la risa tonta que tienen en la cara les viene de fábrica y nada tiene que ver con esa llamada telefónica que acaban de recibir.
5 comentarios:
Y la sonrisa tonta que se nos queda a los demás mientras nos cuentan sus historietas de amor... jajaja, eso sí disimulando un poco que una tiene su orgullo, será por eso que no tenemos tanta suerte!
Lo reconozco, tengo orgullo y soy difícil, pero confío en que llegará la persona que me haga comerme un poquito el orgullo (no todo, que tengo un límite)y le haga el camino más fácil!
No te quito razón que con la manta calentita se está muy bien, mientras unos tienen a su pareja, otros nos conformamos con la calefacción! jajajaj
(soy del foro de marwan, te agrego a mi blog, que lo he renovado hace poquito va?), un besoo!
Jajaja, me quedo sobre todo con la NOTA
¿Qué es eso del amor?
Será porque soy exigente o porque tengo el corazón de calavera, pero hace que no me enamoro de verdad por lo menos una eternidad (ya sabes que en plan tontuna amo a muchos, jejeje).... aunque cualquier día me pilla alguno con las defensas bajas, nunca se sabe ;-)
Hola. No ando con mucho tiempo, así que cuando tenga un poco más me paso a echarle un vistazo. Mientras te saludo.
Un saludo.
Ayss, a mí también me cuesta muchísimo enamorarme. Para colmo, cuando lo hago, es siempre de la persona equivocada. Ya saben, el prefiere a Estopa y ni oir hablar de Ismael...
Los abrazos que compartimos se vuelven escasos (cuidado, no vaya a ser que alguno se enamore) y yo, en la próxima cita intentaré conquistarle llevándole un bombón de chocolate. De los buenos. Él sonreriá, pensará que estoy loca, y yo seguiré pensando en eternas noches cubiertos con tu manta, My. Es de lo mejor que tiene el invierno.
Cuando andas enamorado, hasta los pedos del otro te huelen a rosas... perdón por el improperio pero es cierto..jejeje
Saludos y salud
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