jueves, 6 de noviembre de 2008

Afuera la lluvía barria las calles de la ciudad. Elisa decidió ponerse las botas, aunque todo anunciaba que no podria evitar mojarse antes de llegar a la boca del metro. Odiaba el Otoño,los dias cada vez más cortos, la lluvia, el viento que corta la cara, y esos rostros triste, que camino del trabajo, se cruzaban con el suyo.

Salió de casa deseando que aquel día acabara pronto. Estaba cansada, tenía frio, y muchas ganas de acurrucarse con una manta en el mullido sofá que acababa de comprarse. Pero lo cierto es que la llegada del nuevo director prometía que aquella jornada iba a resultar larga. Muy larga. La directiva anterior le había dejado el encargo de ser la guía para la nueva directiva, incluyendo a Borja Vega de la Sierra, el flamante nuevo encargado de dirigir la residencia de ancianos en la que Elisa llevaba trabajando dos años.

Aunque intentaba evitar los prejuicios, al escuchar el nombre de aquel caballero decidió sin darse tiempo a la menor duda que aquel hombre (al que imaginaba cincuenton, con barriga, sudoroso y algo lascivo) sería uno de los tantos amigos bién con los que contaba el antiguo director, un hombre gris pero de familia de alcurnia que continuamente hacia alarde de dinero y amistades...



Bueno, os dejo el comienzo de una historia que estoy escribiendo. Hoy no sabía que escribir así que aqui os dejo este texto, espero que genere algo de curiosidad

3 comentarios:

Luis Cano Ruiz dijo...

A mi la historia me ha gustado. Espero que la continúes de vez en cuando en el blog, y le des forma, así podamos leerla.

Un saludo.

Álvaro Dorian Gray dijo...

va bien, en mi modesta opinión.. continuará, ¿no?
saludos y salud

Anónimo dijo...

lo hará,lo hará,aunque todavia no sé si será un cuento o una historia mas larga que tengo en mente
may