A veces la mañana es traicionera
y viene con preguntas que a desgarro
se clavan en el pecho como agujas
abriendo las heridas que cerraron.
A veces las respuestas son tan simples
que duelen con tratar de pronunciarlas
y se hacen en la punta de la lengua
recuerdos de naufragios y de llagas.
Por eso la mentira a veces sana
dolores que del fuego fueron leña.
A veces tan fácil de pronunciarse,
tan buena, tan cuitada y tan resuelta
que ciegos respondemos cualquier cosa
por no hacer de la vida una contienda.
1 comentario:
Me ha gustado tu poema de hoy. Quizá más cuidado y reflexivo que otros (No con esto digo que los otros no me gusten, porque son ejemplo para otros).
Gracias por tus poemas de lunes.
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