miércoles, 13 de enero de 2010

Una vida no es suficiente


No es suficiente una vida para resbalar por la delgada línea que existe entre la realidad que habita en un libro y la que alimenta un mundo que parece ficticio.

Yo habito en las galas de Ana Karenina, en las dudas de Madame Bovary, en los labios de la maga, en lo sueños de Phileas Fogg, en la existencia de Malena, en las calles de Macondo, en el palacio de invierno del Zar, en la carretera de Mccarthy, en las calles de Paris, en esta primavera con la esquina rota.

Me pierdo sobre el blanco y negro para reconocerme en cada texto que otros escribieron para mí Porque ya no sé ser sin la certeza de saber que quisiera ser feliz como solo una sonrisa en un libro puede llegar a ser.

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