miércoles, 5 de octubre de 2011

A veces...


A veces me siento culpable por no vivir. No es que no lo haga, es simplemente que siento que creo que lo hago poco. Dejo pasar días, meses, años, vidas, tan solo encerrada en las rutinas. No dejo de preguntarme por los viajes en alfombras mágicas que estoy dejando de hacer, por los brazos por los que hace tiempo dejé de pasear, por los gritos que se ahogaron en el silencio, las consignas que terminé guardando en los bolsillos, y mas, me pregunto porque en este vivir me voy alejando cada vez más de mi, de aquello que fervientemente me deseé y que se ha ido quedando abandonado en un cajón de quimeras, botones, ruinas, y recuerdos.

Los hay quienes dicen que esto es hacerse mayor, yo lo veo como una traición, me traiciono a la yo que quería más de todo, y me pregunto si todavía estoy a tiempo de hacer esa lista de futuros con las que alimentar esta cuerpo que cada vez se llena mas de “es lo que hay”-s y menos de “es lo que quiero”-s

2 comentarios:

Álvaro Dorian Gray dijo...

pues muy mal compañera. Uno debe seguir haciendo planes y, de vez en cuando, hacer lo que tú quieras.
Quiero que el próximo post nos escribas qué has hecho que te apeteciera.. venga hacer lo que te dé la gana...
Saludos y salud

Luis Cano Ruiz dijo...

Dejar determinadas cosas no es traicionarlas. Simplemente hay que darse cuenta que, durante un tiempo ausente en la lucha, hay que volver al campo de batalla para no olvidar las razones de la lucha.

No hay que olvidar lo que nos trajo al punto en el que vivimos.

Cuídate.