La vida es un cúmulo de casualidades, de caminos que se toman y senderos que se abandonan. No sé si será cierto, porque he de reconocer que no creo en leyendas personales e historias semejantes, pero sí, en decisiones que cierran puertas y abren ventanas. La vida se ha encargado de ir demostrándomelo. Llámadlo destino, suerte, síno o casualidad, pero en la vida las decisiones más duras, los momentos dificiles han dado lugar a azares que cambiaron por completo mi vida.
No creo en el destino, no es eso, (aunque muchos saben lo alerta que me pongo cuando me pongo una camiseta al reves) pero si creo que en nuestra propia intucion encontramos el camino a seguir. Venirme a Madrid fue una casualidad, o no quien sabe, pero cambió el curso de mi vida. Soy una persona distinta de la que era y sobre todo de la que iba a ser, no digo mejor, solo distinta, pero desde luego una que me gusta más.
Quien sabe si el azar o la intuicion, solo espero que en la proxima encrucijada me guie el mismo aliento, el mismo que cada dia me sigue llenando de proyectos e ilusiones. Quizás me equivoque, quizás abandone en el camino algunos sueños, pero quizás tambien encuentre que la persona que sea, buena o mala, será la autentica mayka.
Y todo esto porque el destino ha querido que no pueda conseguir que Almudena Grandes me firme un libro...en fin.
Es la ciudad la que habita
este corazón que tiembla,
y entre sus calles y ruinas
sigue buscando respuestas.
Caminos y huidas me siguen
voy y vengo, vienes, vete,
hoy te deseo a mi lado
mas te pierdo y ya no vuelves.
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