una nunca sabe a donde quiere volver..quizás sea a la seguridad de mi infancia, aunque si lo pienso ciertamente nunca fue tan segura. Fui una niña miedosa hasta de mancharme y hacer travesurar.
El unico refugio en el que me sietno hogar, al que vuelvo con fidelidad, dia tras día, tampoco son unas manos que me acaricien y unos brazos que reconforten, porque nunca los ha habido o al menos no los he sabido ver.Aunque puede tambien, que como en mi infancia simplemente haya tenido miedo.
Y al final pasan los años y solo me quedan los libros, en los que sentirme comoda y las palabras en las que expresar el miedo...y me pregunto si esto es lo que tanto deseaba o solo el consuelo que me queda por no aceptar el reto, mucho más importante, el de vivir
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