Rayuela, de nuevo

Siempre he pensado que cada libro tiene su momento, y de hecho, en mi experiencia de lectora atesoro muchos ejemplos sobre esto. Me pasó, por ejemplo, con "El amor en los tiempos del colera" de Gabriel Garcia Marquez. La primera vez que intenté leer aquella historia sobre un viejecito Florentino Ariza que llevaba toda una vida esperando a su amada Fermina Daza, no fui capaz de avanzar mucho más allá de los dos primeros capitulos. Pero unos años más tarde, yo ya no era la misma, y quizás por ello, fui capaz de comprender que aquella novela era una de las más hermosas historias de amor que jamás habia leido.

Algo similar me ocurre con "Rayuela" de cortazar. Es un libro que subyuga, que se apodera de ti, uno de esos libros en los que tienes que dejarte la piel en cada parrafo, supongo que quizás por esto nunca haya podido todavia acabarlo. No tiene nada que ver con la novela, que cada vez que he retomado leo con orgullo y fruicion, sino una clase de relación intima y personal, que se apodera tanto de mi, que apenas puedo seguir adelante con ella. Puede que tenga que ver con esta vida aterradora en la que caminamos o simplemente, como decia, que no era el momento de esta historia.

Ahora vuelvo a sentir la necesidad de recorrer los cafes de Paris de la mano de La maga y oliveira, y espero que esta vez su esencia se haga un poquito mia. Asi que haya voy de nuevo, a hacer mia esta novela.

Os dejo un fragmento:

¿Encontraría a la Maga? Tantas veces me había bastado asomarme, viniendo por la rue de Seine, al arco que da al Quai de Conti, y apenas la luz de ceniza y olivo que flota sobre el río me dejaba distinguirlas formas, ya su silueta delgada se inscribía en el Pont des Arts, a veces andando de un lado a otro, a veces detenida en el pretil de hierro, inclinada sobre el agua. Y era tan natural cruzar la calle, subir los peldaños del puente, entrar en su delgada cintura y acercarme a la Maga que sonreía sin sorpresa, convencida como yo de que un encuentro casual era lo menos casual en nuestras vidas, y que la gente que se da cites precisas es la misma que necesita pape! rayado pare escribirse o que aprieta desde abajo el tubo de dentífrico

Rayuela.( Julio Cortazar)