Hoy no estoy triste, y me alegra no estarlo. Aunque a veces sí lo estoy, a veces la tristeza anida mi alma, y eso tampoco tiene que ser malo. Hay quien dice que la melancolía es la alegría de estar triste. Yo no sé si es así.
Lo único que sé es que cuando estoy triste, necesito simplemente estarlo, y que de repente el momento pasa y vuelvo a sentirme renovada de energias.
Por si alguien lo necesita...
MELANCOLIAS
Desdibujo con mi dedo la rutina
En la curva sinuosa de tu espalda
Y mi rostro reflejado en el espejo
Me devuelve entre las sombras
La mirada
Que no sabe de sirenas
De rupturas,
De adioses, de nocturnos
De resacas
Y se agolpan las preguntas
Los tesoros,
Y mis ganas
Aguantando las patadas
De estos dias que no quiero
De estos años que no pasan
Del espejo que descubre
En mi rostro,
Un reflejo de asombro
Y de distancia.
8 comentarios:
Me has hecho recordar una canción de Marco Massini "Malinconoia"
http://es.youtube.com/watch?v=e_XVLA9txXo
Un fuerte abrazo
El despertador-poeta vagabundo
Pues muchas gracias, May, a mí hoy, me viene perfecto.
Francamente hermoso. Tu verso es sublime, breve y armonioso, amiga.
Mi aplauso para tu arte.
Voy a ver tu libro donde lo puedo conseguir.
Un beso desde el Guadalquivir
Si, así es...
A la melancolía hay que pasarla siemplemente. Y pos desgracia, a veces, para mí... es el momento más oportuno para escribir... o quizás de la única forma en que me sale decir lo que quiero y necesito decir.
Un saludo desde este lado del charco!
Soli
Son momentos en que se necesita estar así, melancólico y, como dicen, después de la tormenta viene la calma...
Saludos y salud
Muy bonito, señorita "Mey". Te lo dice una gran aficionada a la melancolía ocasional
Besos, guapetona
"De estos dias que no quiero
De estos años que no pasan
Del espejo que descubre
En mi rostro,
Un reflejo de asombro
Y de distancia."
Me encanta esta parte.
Gracias.
Yo también me siento así en ocasiones.
Quien no se haya dejado vencer por la melancolía alguna vez, que tire la primera piedra, pero que no tire a dar, como dice nuestro amigo Ismael.
En fin, una texto precioso, niña.
Con tu permiso voy a enlazarte a mi desván. No sé por qué no lo había hecho antes, la verdad, con lo que me gusta leerte.
Así encontraré siempre el camino de regreso.
Un beso muy fuerte y hasta pronto.
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