martes, 17 de febrero de 2009

SieMPRe QueDaRá La PRiMaVeRa


Hacía tan buen día que sus pies, sus manos, y esas ganas de viento soplándole en la cara, la obligaban a vestirse, rápidamente, con ropa cómoda y salir con unas ganas inusitadas a conquistar la calle. La gente era más feliz, se respiraba en el ambiente. Llevaba muchos días lloviendo, haciendo frío, y aquel día era un regalo, un oasis en medio de aquel invierno que estaba resultando tan largo. Tan frío.

Llegó al mismo banco, del mismo rincón, del mismo parque dónde siempre perdía la noción del tiempo entre las páginas de un libro. Llevaba los cascos y por un rato consiguió aislarse del mundo. Hasta que un rayo traicionero se escurrió entre las hojas de los árboles. La hoja que leía en aquel momento cegó sus ojos por un momento, lo suficiente para hacerle levantar la vista y mirar a su alrededor.

Una niña pequeña y hermosa, alegre como sólo un niño puede serlo, la miraba embelesada mientras su madre reclamaba su atención. La niña se giró, todavía sonriendo, y con el dedo índice apoyado en los labios reclamó silencio para la chica lectora que ocupaba el banco. La chica lectora tuvo que sonreír también.

Cerró el libro y se dedicó a espiar a todos aquellos extraños que en aquel momento habitaban su ahora. Como el grupo de locos, que en corro, reían y se abrazaban y bailaban. Como esa pareja joven que jugaba con su pequeño. Como esos dos que escondidos tras un árbol, o eso creían ellos, se regalaban caricias y besos y más besos.

Al cabo de un rato se levantó, abandonando el banco, de aquel rincón de aquel parque, a tiempo para dejarse llevar por la marea humana que lo había inundado todo. Pensó en todos aquellos extraños que había dejado atrás.

Pensó que al menos al invierno siempre le quedará la primavera

2 comentarios:

Álvaro Dorian Gray dijo...

Después de la tormenta siempre llega la calma,y como tú dice, mucho más lírico, después del invcierno siempre llega la primavera...
saludos y salud

Anacronista dijo...

Y después del verano ¿Vendrá el otoño, vendrá el invierno y sus lluvias?
Cómo me ha gustado sentir el frío en tus palabras. Estando en verano no se puede desear otra cosa...

Un beso.