jueves, 7 de mayo de 2009

Amanecer en los bares


Siguieron hablando durante mucho rato, como llevaban haciendo toda la noche bajo la luz intermitente de los focos del local. Había sido un encuentro casual, después de años sin verse, y aunque pareciera que estaba reviviendo las llamas de la memoria en el pasado nunca habían sido amigos, apenas conocidos, tan solo un año juntos en el instituto y algún "hola, ¿que tal te va?" por los bares había salpicado sus pocos encuentros en la vida.

Mientras la noche seguía poco a poco dando paso a la madrugada,la conversación no cesaba. Tampoco las miradas, cómplices, los "que curioso que nos hayamos encontrado ahora, ¿verdad?", los "Bueno, cuentame, ¿que ha sido de tu vida estos años?".

De todo hacía ya más de diez años, también de la primera vez que se vieron. La vida había ido pasando, y poco a poco habían terminando las primeras veces, pero nada parecía haber cambiado. Ella le recordaba por esa sensación de desnudez que le producía con su forma de mirarla, como cuando en el instituto ella era la chica gordita y empollona, y él el guapo repetidor. El la recordaba a ella por lo mucho que le intimidaba aquella chica hermosa e inteligente que parecía saberlo todo.

Nunca habían sido más que conocidos circunstanciales y ahí estaban, jugando a rozarse sin querer las manos, a alargar el tiempo, a acortar el espacio.

Él se acercó a ella y le susurró al oído: "Llevo mucho tiempo deseando besarte"
Ella se acercó a él y susurrando también le contestó: "Llevo mucho tiempo esperando que lo hagas"

NI siquiera separó su cabeza de la de él, simplemente dejó resbalar sus labios desde sus orejas hasta su boca, y se dejó besar, y le besó como había querido hacer tantos años antes.

2 comentarios:

Carolina dijo...

Ideal para recordar de noche..
esos encuentros que, al calor de una cerveza y humareda de cigarro
te hacen sentir más viva y hermosa que nunca...

Juguetón relato...
algo cercano y algo lejano como todo en esta vida.

Luis Cano Ruiz dijo...

Muy bonito relato, y el final, de esos que se imaginan en silencio.

Un saludo.