domingo, 20 de septiembre de 2009

A mi podeís tutearme


El debate sobre la educación en España se ha convertido en uno de los más enquistados, principalmente por la utilización ideológica que hacen todos los partidos de un tema tan importante y que, dados los bajos niveles que suele dar nuestro país en todas las comparativas con otros países, debería exigir cuanto antes un consenso a nivel nacional (y no meras muestras a nivel comunitario, usos instrumentales incluidos).

La escuela, como germen de la sociedad del futuro, vive hoy inmersa en un desprestigio causado por años de desidia por parte de nuestros administradores. Los sucesivos cambios de política educacional han acabado por convertir la escuela pública en vertederos sociales para aquellos que no pueden permitirse ir a un colegio privado. Por supuesto esto es una exageración y una generalización peligrosa, sobre todo porque a pesar de este desinterés por la educación publica siguen existiendo profesionales, docentes y centros que contra viento y marea luchan por sacar su proyecto adelante.

El problema esta en que a la hora de afrontar un cambio estructural, el gobierno y la oposición se dedican únicamente a tratar temas, digamos, menores. El año pasado la asignatura de educación para la ciudadanía y este año las tarimas y el trato de usted al docente.

La educación y el respeto a los profesores son uno de esos valores que se están perdiendo a marchas forzadas, y no solo ya por los alumnos (que en algunos casos están llegando a niveles que vulneran incluso la ley), sino también por parte de los padres y de las instituciones. Hoy por hoy, la profesión de educador se ha acabado convirtiendo en un puesto de alto riesgo donde muchas veces se sufren vejaciones, violencia verbal y algunas ocasiones también física.

Esta es una triste muestra de la escala de valores en la que estamos convirtiendo la enseñanza pública de este país. Por ello es importante pensar, mucho, antes de tomar medidas banales que lejos de arreglar un problema de raíces estructurales que llevamos años, por no decir décadas arrastrando, simplemente actúan como meros parches mediáticos.

Tratar de Usted a una persona, debate que ahora mismo ocupa los medios en la eterna batalla del sistema educativo, sea cual sea su profesión, denota respeto. Pero el respeto no nace del trato de cortesía sino de un convencimiento ético de que el maestro (hermosa palabra) no es el enemigo a batir sino el aliado sobre el que construir un buen sistema educativo.
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Durante mi vida escolar tuteé a casi todos mis profesores, y puedo asegurar que la relación que nos unía era de respeto y de autoridad por su parte. Una ley que obliga a tratar de usted no enseña a respetar solo impone una nueva norma que cumplir.

Por eso creo que lo que toca ahora es dejarse de teorías y maniqueos, y en cambio ensuciarse las manos en la creación de un sistema que garantice un futuro de éxito para la educación que deseamos para las futuras generaciones de este país...y a mí, si queréis, podéis tutearme.

1 comentario:

Álvaro Dorian Gray dijo...

Mal sistema si, para proponer educación, son los políticos los que tienen la palabra. En un marco de diálogo, los únicos que no deben aparecer por la mesa son los políticos. Son las asociaciones de educadores, ampas, profesores y gente con sabiduría los que deben realizar ese proyecto, nunca un partido político, sea del color que sea.
Es preocupante el estado actual de la enseñanza... muy muy preocupante.
Yo también les tuteé y nunca nos faltamos el respeto
saludos y salud