Te imaginé marchándote mucho antes de conocerte, quizás por eso no me fié nunca de esa sonrisa de medio lado que me regalabas cada día al llegar a casa.
¡No insistas!... ya sé que al final me vas a hacer daño.
¡No insistas!... ya sé que al final me vas a hacer daño.
1 comentario:
Pues yo, he aprendido que a veces, las cosas no se repiten y aunque se parezcan a otras o la gente de diga o tu misma adviertas, a veces, LAS COSAS SALEN BIEN... ¿por qué no insistir? ¿porqué no arriesgar?...
Me encanta la foto...es buenísima
Besos desde el optimismo (no sé si un espejismo o no , pero así estoy hoy)
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