martes, 22 de mayo de 2007

Tormenta

Ahora mismo en Madrid lloran todas las viudas, el cielo ha oscurecido en mitad de la tarde y pareciera que la noche hubiera caido sobre nosotros. No dejan de escucharse a lo lejos las sirenas de los bomberos, que acuden al rescate de los pobres que han quedado atrapados, aún cuándo yo siempre prefiero imaginarles rescatando el gato de la anciana vecina del quinto, esa que cada mañana me encuentro en las escaleras, con batas y rulos, volviendo quien sabe de donde, antes de que la ciudad por fin despierte y se llene de trajes de chaqueta y buzos azul marino.
El olor de tierra mojada es siempre un ejercicio de nostalgia, un viaje instantaneo a las tardes de la infancia, esas en las que las tormentas, las galernas de mi mar cantábrico te atacaban, sin piedad, mientras remoloneabas jugando con los amigos, hasta el último minuto, hasta que un rayo iluminaba el cielo y un ruido atronador te hacia tiritar, hasta que una madre preocupada asomaba a la ventana reclamándote inmediatamente.
Me gustan las tormentas, su olor, y sobre todo la paz que traen. Despues de una tormenta es como si la ciudad tardara mucho en despertar, como si la lluvia caida no hubiera, únicamente, limpiado los lechos de la carretera, las aceras y sobre todo este aire que respiramos, es como si en un guiño nos dijera que necesitaba un descanso de tanto habitante.
Esta noche soñaré una tormenta, una que se lleve todo lo que ensucia los dias y me regale paz, nostalgia y esperanza. Porque, ¿acaso hay algo mas esperanzador que una tormenta que escampa?

3 comentarios:

tia male dijo...

hola cariño, como me gustan tus escritos, me encantaría poder escribir como tú, con ese sentimiento, esa dulzura, eres una poetisa, besos mi niña.

Anónimo dijo...

hola... aquí ayer pasó algo parecido a media tarde desapareció el sol y el cielo se puso gris, comenzo una tormenta seca que no se detuvo hasta media noche que comenzo a llover y no a parado en toda la noche... es más un sigue.. cuidate.

Pilar

Anónimo dijo...

A mí también me gustan mucho las tormentas.Hace un par de tardes hubo aquí una increible.Estaba asomada a la ventana y hablando con una buena amiga por teléfono.Me arrepiento de no haber salido a la calle a empaparme(es que los granizos me hubieran hecho polvo....pero bueno),pero al menos pude disfrutar de la tormenta.
Un beso guapa,espero que todo te vaya bien,tenemos que hablar prontito.

Larisa