miércoles, 10 de junio de 2009

Capear el temporal

Es triste ver como cada mañana, al llegar al trabajo, lo único que me encuentro son un montón de caras descontentas, crispadas. Todo el mundo llega con la escopeta cargada (cuando no una arsenal completo), dispuestos a rematar al primer incauto que se les acerque.

Es obvio que esta rabia, frustación, desmotivacion y cabreo generalizado es la prolongación de un descontento considerable ante la actual situación en la que nos vemos inversos. La CRISIS, esa palabra que ya no sale de ninguna noticia, incluso aunque trate de arte o de flores.
Pero lo cierto es que cada vez son más los hermanos, amigos, primos, cuando no nosotros mismos, los que se ven sumergidos en las terribles EREs o cuando no en reducciones de jornada o sueldo, en base a esta crisis ecónomica que nos ha tocado en suerte. (Tema aparte, por supuesto, el del uso ilegitimo o al menos rayando la legalidad de muchos empresarios para aumentar sus margenes de beneficio).

Pero a los que "afortunadamente" seguimos cobrando una nomina a final de mes también, también nos esta tocando cada vez más cerca la terrible presión que provoca esta situación. Por primera vez, al menos en mucho tiempo, los directivos se sienten libres de moverse a sus anchas y hacer de una forma obvia ostentación de poder y con ello también de exigencias casi siempre rayando la legalidad, y por supuesto sobrepasando el abuso.

Y así estamos los de abajo, aguantando con el palo entre los dientes a que el temporal pase. Porque lo cierto es que lo hará, y eso es algo con lo que muchos no parece que cuenten. Puede que ahora tengamos que agachar la cabeza y aguantar abusos, pero en el futuro, quizás en uno no muy lejano, podamos ser nosotros los que demos un corte de mangas, y ellos los que tengan que mendigar.

Al menos esa esperanza nos queda, la de un futuro mejor, y sino siempre nos seguirá quedando el recurso a la pataleta. Por eso escribo hoy, porque necesito pensar que podremos capear el temporal, izar las velas y salir a mar abierto con una sonrisa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es la historia de siempre, vieja como el mundo. A río revuelto, ganancia de pescadores y en tiempos de crisis, los ricos siempre serán más ricos y los pobres, mucho más pobres. Este planeta da asco. Que te sea leve, compañera y que no te pisen mucho. Yo ya estoy agotado. Hasta pronto.