En nuestra sociedad actual cada vez esta más de moda reconocerse públicamente como tolerante. Se reclama la tolerancia como un valor ético que todos deberíamos reivindicar, pero si analizamos la tolerancia como concepto podemos ver que tras esa proclamación ética subyace una supremacía moral (costumbre, por cierto, bastante comun en la sociedad occidental).
La tolerancia implica un aceptar al otro y su idiosincrasia, pero siempre suponiendo que nuestro criterio prevalece por encima de ese otro. Yo puedo ser tolerante con los homosexuales, por poner un ejemplo, pero tras esa declaración se esconde un doble lenguaje: " que si bien los tolero no por ello los tengo que considerar moralmente aceptables".
En cambio el respeto establece las reglas de juego de una forma justa, entre iguales. Yo te respeto a ti, que estas al mismo nivel que yo, aunque seamos diferentes, por la razón que sea.
El lenguaje, en esta sociedad de lo políticamente correcto, juega un papel primordial y por ello tenemos que tener mucho cuidado al elegir las palabras que utilizamos, y saber exactamente que es lo que estamos diciendo. Porque detrás de cada cosa que decimos o leemos en los medios no solo se transmite la informacion obvia que aparece en el titular sino tambien una forma de vivir en sociedad.
Por ello te pido que me respetes, no que me toleres.
2 comentarios:
Una reflexión muy interesante. La verdad es que me voy a guardar, con tu permiso, el derecho de reflexión.
Si es cierto que en las filosofías orientales el respeto esta siempre presente, en cambio en esta sociedad líquida que se escapa de las manos sin tiempo de saborearla, ya se sabe.
Demasiada gente y muy pocas personas (Como dijo Mafalda)
Cuídate
Gracias por compartir, un mensaje claro, sencillo y que todos debemos entender y vivir.
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