viernes, 4 de mayo de 2012

ANDRES SUAREZ en el TEATRO CALDERON

La vida a veces te cambia en lo que duran las casi 3 horas de un concierto. A mi me ocurrió ayer en el Teatro Calderón (que no haggen danzs) donde Andrés Suárez volvió a dar muestras de lo que es, un maestro, de la música, de los sentimientos, de la sensibilidad y del cariño, en un concierto que empezó en un tono intimo, casi de bar, para acabar en un éxtasis cuasi rockero en el que todos los que estábamos nos sentimos transportados.

Hay que ser grande, muy muy grande para conseguir la simbiosis publico-escenario que este gallego consiguió ayer, haciéndonos llorar con la triste y hermosa “Rosa y Manuel”, y gritar a pleno pulmón con” Lo malo esta en el aire”, como si de un canto del loco se tratará en un palacio de los deportes. Yo, sin conocerlo apenas, quise sentirme su familia, sentir que me dedicaba alguna canción, que cantaba para mi.

Puede que los vericuetos de la rutina a veces te lleven por tristes realidades, sobre todo en un país como el nuestro donde los viernes parecen haberse convertido en los nuevos lunes, esos en los que las noticias te caen como jarros de agua fría. Pero este viernes tiene para mi un color distinto, un olor a playa celta, a susurro en los oídos, a sonrisa en la boca, y a todo por llegar, tarareando al llegar al trabajo todavía las canciones que se deshacen de dulces en abrazos y que ayer Andrés canto para mi y para todo el que quiso sentirlo.

Reconforta la música de Andrés, más cuando le ves cantar, casi llorar, desgarrándose en el escenario con su guitarra, haciéndote saber que él esta sintiendo lo que tú sientes también.

Ayer lloré, más de una vez, en un concierto que soy incapaz de quitarme de encima. Lo siento todavía en los hombros, como uno de esos abrazos que perduran en el recuerdo. Y me siento afortunada, porque la vida me ha regalado la oportunidad de ser testigo, de estar ahí, de acompañar a uno de los mejores artistas que hoy por hoy existen

¡Gracias Andrés!



1 comentario:

Tropiezos y trapecios dijo...

Así es Suárez, un torrente de emociones que puede hacerte llorar con "Rosa y Manuel", dejarte un nudo en el estómago con "Vuelve" y dejarte flipado con "Aún te recuerdo" haciendo aparecer de golpe a la banda detrás del telón.

En mi caso personal he visto crecer a Andrés como artista, desde esos conciertos en Libertad 8 a medio llenar, hasta el momento en que empezaron a agotarse las entradas en tres días. Y siempre ha sido el mismo, la misma humildad, su mismo buen hacer sobre el escenario.

Y así fue en el Calderón, un sitio enorme pero que Andrés transformó en el sillón de nuestras casas, acercándose al público, acariciándolo con las canciones.

He conocido gente buena en la música a lo largo de mi vida pero Andrés está un piso por encima.

Un saludo.

Oski.